El pueblo

Costean es un pueblo alargado y estrecho, de aspecto pobre, y moruno, encajonado entre dos barrancos; uno llamado el Azul (de azud, presa) y el otro Secalás. Unas casas asoman a uno y otras a otro, salvo excepciones.

Barranco Secallás

Barranco Secalás (años 60)

Las que miran al Azul recuerdan a las casas colgantes de Cuenca.

Barranco el Azul

Final del barranco el Azul (años 60)

Sus calles son estrechas, retorcidas y en pendiente. La fachada de la casa que da a la calle recibe poca luz, pero la que asoma al barranco tiene las vistas abiertas a un monte repleto de almendreras, oliveras y carrascas..

Vertiente de casas hacia el barranco de secallás

Vertiente de casas hacia el barranco de Secalás (años 60)

Cuando con siete años mi tía Pilarín me llevó a Santalecina (Huesca)  me quedé extrañado de aquel pueblo tan feo con sus calles rectas, anchas, y planas, tan distinto de Costean. Mi primera extrañeza fue cuando desde la ventana del autobús vi una caudalosa acequia a la entrada del pueblo. En Costean sólo había agua en las lejanas fuentes. Vivir  era sobrevivir.

Casas colgantes hacia el barranco del Azul

Barranco el Azul (años 60)

La casa de mis abuelos daba al Azul, frente a un chopo gigantesco que plantaron los colegiales a principio del siglo XX. En él, a pocos metros de los balcones,  se posaba un búho que silbaba todas las noches de verano.

La ropa menuda se lavaba en un lavadero junto a una fuente, y las sábanas en el Ariño, un riachuelo, a cuatro kilómetros de distancia. Llevaban la ropa en mula y la ponían a secar extendida sobre los arbustos.

Aquella pacífica y monótona  existencia se rompía con las fiestas de san Lorenzo, cuando explotaba una manifestación colectiva de alegría, los vecinos se vestían con las mejores galas, y llegaban los esperados emigrantes de Francia y Barcelona.

En la procesión primero van los niños, luego las mujeres y en último lugar los hombres.

En la procesión primero van los niños, luego las mujeres y en último lugar los hombres (mediados de los 70)

Las mujeres preceden al santo.

Las mujeres preceden al santo (mediados de los 70)

Procesión por la parte baja del pueblo.

Procesión por la parte baja del pueblo (mediados de los 70)

En esta foto se divisa la primera casa que tuvieron mis abuelos con sus siete hijos. Es la bajita situada encima del remolque, con una sola puerta. En ella llegaron a dormir todos más Angelito y su madre, que eran vecinos.

Las tres cantinas se llenaban de gente feliz que no paraba de hablar entre el intenso olor  a vinagreta de  berberechos y escabeche. Y por la tarde la familia de Perico improvisaba un quinteto de cuerda (rondalla) y salía de ronda.

Comienza la ronda. Todos los presentes, excepto quien se apoya en mi abuelo, son familia.

Comienzo de la ronda frente a casa. Todos los presentes son familia, excepto quien se apoya en mi abuelo (1967).

Angelito y tío Antonied con las bandurrias; los tíos Periqued y Ramiro a la guitarra, mi padre al violín y yo con la pandereta. Primero se rondaba la parte baja del pueblo y luego se subía al Portal, o plaza, situada en lo alto.
Orquesta familiar de cuerda durante san Lorenzo

Ronda en la parte baja de Costean. 1967 (Mi abuelo sigue aguantando en su hombro  a la misma persona).

En primer plano, con las manos juntas, la mujer más chistosa, graciosa y ocurrente que he conocido nunca: Pilar de la Roca. Obsérvese, por la posición de las manos y la mueca de la cara, que ya está maquinando la ocurrencia que le lanzará al fotógrafo en cuanto acabe la foto…
Detrás de Pedro está su hermana Francisca. Agarrada a Pilar mi prima Tony.
Concierto en el Portal, a la puerta de la cantina de Francisco.

Frente a la cantina del Portal 1967 (Mi abuelo continúa aguantando al mismo personaje en su hombro derecho)

Al llegar a la plaza, o el Portal, que es el único sitio llano del lugar, se rondó a los jugadores de guiñote de la cantina de Francisco, que interrumpieron las jugadas. El violinista, mi padre, parece que hace de director a la vista de la atención que le prestan los demás. Abajo a la derecha también está muy atento Pedro «Lifonso», el más alto del pueblo.

Todo era muy simple y sin subvención.

2 respuestas a El pueblo

  1. maría josé dijo:

    ¡Qué fotos más majas! Me traen muchos recuerdos de la infancia.
    El que está apoyado en el hombro de mi abuelo(nuestro abuelo)era ciego y tenía ,junto a su mujer, el bar de El Chopo en la carretera de Graus cerca de Enate.Era un hombe muy inteligente y muy habilidoso ,pues se hacía las herramientas él mismo,y toda clase de artilugios necesarios para su casa.

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