Conforme pasaban los años el agotamiento físico de Perico era más evidente. Quedaba sentado en la calle, o tomando el Sol apoyado sobre el coche de su hijo, en esa calle que ha sido la prolongación de su hogar, apenas transitada por vecinos por no haber más casas.
Pedro nació en Costean el 18 de enero de 1.897, y murió allí el 7 de octubre de 1.978. Está enterrado junto a su esposa, Antonia Mur Turmo, en un pequeño camposanto rodeado de oliveras y carrascas. El «hogar de paz» para dos personas cuya bondad y sacrificio por los demás les han hecho acreedores de un merecido cariño e inolvidable recuerdo.